Un videopoema es una forma contemporánea de poesía visual que fusiona imagen y texto literario. Se trata de un ejercicio poético que conjuga lo verbal y lo audovisual como medio de expresión. Es una pieza donde la palabra tiene un papel fundamental. Esta palabra va acompañada de imágenes en movimiento y una banda sonora que refuerza su mensaje.
Debes elegir uno de los poemas escogidos e interpretarlo con tu voz. Se presentarán en formato MP4. La duración máxima es de 3 minutos, incluidos los créditos donde figurará el nombre del alumno y el curso.
Tienes que enviarlo por correo electrónico a rosarioprofedelengua@gmail.com antes del lunes 31 de enero.
No puede contener escenas de violencia, sexo, ni exaltar conductas discriminatorias o criminales.
Algunos consejos:
- Tanto las imágenes como los elementos simbólicos o las metáforas visuales deben ser originales y transmitir aquello que desees. En caso de usar música, textos o imágenes ajenas, serán materiales libres de derecho de autor.
- Interioriza la composición para darle un sentido personal. Fíjate en los sentimientos que te inspira a ti y en los que te gustaría transmitir.
- Tu imaginación es la que marca la diferencia y la originalidad: puedes recitar, bailar, interpretar, usar plastilina, dibujos... Déjate llevar por tu creatividad.
La guerra es como una hoguera
donde los locos se abrasan.
Tristes guerras
si no amor la empresa.
Tristes, tristes
Tristes armas
si no son palabras.
Tristes, tristes.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy. Siénteme libre.
Sólo por amor.
2. “Que se callen los cañones”, de Lupercio Mundim
Que
se callen los cañones,
que
dispensen los soldados,
porque
las batallas son ilusiones
que
sólo producen derrotados.
Que
la paz siempre predomine
sobre
la guerra y la violencia,
que
el hombre nunca olvide
donde lleva su impertinencia.
Que
los niños puedan jugar
con
sus alegrías en sintonía,
que
los adultos puedan brindar
a
un futuro pleno de armonía.
Que
las armas sean destruidas
porque
sólo causan muerte y sufrimiento,
que
nuevas alianzas sean tejidas
porque
de la extinción no hay arrepentimiento.
3. “Nadie está solo”, de José Agustín Goytisolo
Nadie está
solo
En este mismo
instante
hay un hombre
que sufre,
un hombre
torturado
tan sólo por
amar
la libertad.
Ignoro
dónde vive,
qué lengua
habla, de qué
color
tiene la piel,
cómo
se llama, pero
en este mismo
instante,
cuando tus
ojos leen
mi pequeño
poema,
ese hombre
existe, grita,
se puede oír
su llanto
de animal
acosado,
mientras
muerde sus labios
para no
denunciar
a los amigos.
¿Oyes?
Un hombre solo
grita
maniatado, existe
en algún
sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes,
como yo,
el dolor de su
cuerpo
repetido en el
tuyo?
¿No te mana la
sangre
bajo los
golpes ciegos?
Nadie está
solo. Ahora,
en este mismo
instante,
también a ti y
a mí
nos tienen
maniatados.
Escribo
en
defensa del reino
del
hombre y su justicia. Pido
la
paz
y
la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del
hombre y su justicia»,
«océano
pacífico»,
lo
que me dejan.
Pido
la
paz y la palabra.
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